Diez consejos básicos sobre cómo cuidar un gato

Consejos sobre cómo cuidar un gato

Unos bigotes sensibles, dos orejas atentas a todo movimiento que ocurra alrededor, un rabo increíblemente expresivo y un par de ojos que lo dicen todo. ¡Un gato ha entrado en casa dispuesto a hacerse un hueco! Antes de presentar a tu felino como nuevo miembro de la familia (ya sabrás que lo ideal es adoptar, así que no vamos a repetírtelo), es normal que surjan dudas sobre cómo cuidar un gato, especialmente si no estás acostumbrad@ al contacto con ellos.

Durante las primeras horas es probable que pases un buen rato observando cada uno de sus movimientos y te preocupes sobre si conoces todas las normas y consejos sobre cómo cuidar un gato de la mejor manera posible: ¿Tiene arena suficiente en su caja? ¿Cada cuánto tiempo debería añadir comida, y qué cantidad es la adecuada? ¿Puedo dejarle solo?

Para que pases lo mejor posible la adecuación de tu hogar y tu vida al rey de la casa – y la suya a ti -, APAME te deja algunos consejos sobre cómo cuidar un gato que te vendrán de maravilla para brindar algo de tranquilidad a la tarea de hacerte cargo:

  1. Comida siempre a disposición: es importante que estés pendiente de que su cuenco o dispensador de comida esté siempre lleno y medir la cantidad según las necesidades alimenticias del animal o si prevés que estarás muchas horas ausente. Si no dispones de un sistema antivuelco, procura que haya varios cuencos para que el gato no se quede sin nada que comer por accidente.
  2. ¡No te olvides del agua!: algunas veces da la impresión de que el gato no bebe todo lo que debería. Hay como-cuidad-un-gato-2quien dice que es mejor alejarle el cuenco del agua del de la comida; otras veces, el sonido del agua al caer (por ejemplo, si dejas un grifo abierto o tienes alguna fuente en casa), les incita a beber. En cualquier caso, recuerda que como todo animal necesita una buena cantidad de agua a diario, así que encárgate de comprobar que tienen siempre un cuenco de agua fresca y limpia a su gusto. Y cuidado si dejas un vaso de agua encima de la mesa esperando para tu cena… ¡es posible que lo encuentres de vuelta con el morro de un gato incorporado!
  3. La caja de arena, del tamaño adecuado: a veces la talla del gato o el número de felinos de la casa hace necesaria una caja más grande, y este asunto se convierte en uno de los temas peliagudos sobre cómo cuidar un gato. Estate atento si el animal apenas puede darse la vuelta o si echa demasiada arena fuera al tapar su obra maestra. La caja de arena siempre tiene que estar alejada de la comida y el agua, y debes limpiarla asiduamente para que el gato no acabe por preferir para sus defecaciones ese cojín que compraste en Marruecos y que tanto te gusta.
  4. Juega con tu gato y préstale atención: especialmente si es un cachorro, el gato tendrá la necesidad de jugar constantemente, y reclamará que tengas ojos y manos para que el juego sea más divertido. Es cierto que el gato es más independiente que otros animales, pero de todas formas necesita interaccionar todos los días con los humanos de la casa; lo cual ayudará a crear un buen ambiente y forjar un carácter amable y más apegado.
  5. Asegúrate de darle cariño: ¿quién dice que los gatos no sienten amor por sus dueños? Los clichés, los refranes y alguna que otra superstición han extendido la idea de que el gato se lanza detrás de cualquiera que le dé una chuchería más grande y que enseguida se olvida de quien le cuidó los años anteriores. Lo cierto es que si sabes darle cariño a tu gato y te encargas de que no le falte de nada, el animal percibe esa buena sintonía y preferirá cien veces tu compañía a la de cualquier desconocido, aunque traiga un arsenal de sardinas frescas para tentarlo.
  6. Cuida de su pelaje: para los gatos, la hora de la limpieza y el acicalamiento es de las más importantes; de hecho, un gato se lava hasta cinco veces al día con tal de verse reluciente. Por eso, si por necesidad debe llevar un collar isabelino y no puede acceder a todas partes, procura peinarlo con un cepillo especial o puede llegar a deprimirse de verse sucio y desaliñado.
  7. No es necesario bañarlo: por más que prefieras que tu gato huela a vainilla y melocotón, no lo laves con agua y jabón (hasta nos ha salido un pareado). El gato prefiere limpiarse a su manera, y si percibe en su propia piel un olor extraño, tratará de quitárselo. Eso sí, si tiene diarreas o se ha ensuciado con algún material deberás quitarle la suciedad: muchos de los agentes pueden ser bacterianos, y recuerda que lo que limpien irá directamente a su estómago.
  8. Encuentra un rascador en condiciones: ¡ah, las uñas de los felinos! Otro de los asuntos más controvertidos en la convivencia gatuna: pillas a tu gato afilándoselas en la tapicería del sillón, y continúa haciéndolo mientras te observa como diciendo: «No tengo ningún problema en que me mires, si eso te gusta». Lo cierto es que de esas uñas depende en gran medida la movilidad y la seguridad del animal, así que encuentra un rascador a poder ser voluminoso, estable y con recovecos. Eso te ahorrará muchos disgustos.
  9. La importancia de las vacunas y la desparasitación: una de las primeras cosas que saber sobre cómo cuidar un gato es que no son inmunes a la cantidad de bichos que hay en este mundo. Pueden agarrar parásitos en el pelo, las orejas y el sistema digestivo, por no hablar de otros seres mucho más pequeños y peligrosos. Puedes encontrar pipetas para los parásitos externos en supermercados y tiendas de mascotas, pero es vital que pasen por el veterinario para prevenir enfermedades y acudir en cuanto notes que tu gato se rasca demasiado o tiene alguna alteración digestiva.
  10. Esterilizarlo: a no ser que quieras convertir tu casa en el palacio de una saga familiar al estilo Cien años de soledad (versión gatuna), encárgate de esterilizar a tu gato o gata. Disminuirás el riesgo de fuga durante las épocas de celo, te ahorrarás enfados cuando marquen con orina las cortinas de las ventanas y también dejarás espacio en otras casas para otros gatos que aún no tienen hogar o que salen de una vida peor en las calles.

 

 

Si te apetece adoptar un gato en Madrid, en APAME tenemos algunos que van a enamorarte en cuanto les eches el ojo.


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